domingo, 3 de enero de 2010

Antes de la noche vieja



Adoro las sorpresas, los viajes sin planear, las carreteras con la música atope y el vino caliente y la sopa gulash de pie mirando la casa de Mozart.










Un día alguien me dijo que eso de los planes y Dios no es solo un aforismo.





Justo después de noche buena y antes de la vieja me pase volando algunos miles de kilómetros y luego con coche de ida y vuelta unos 1000, para enamorarme de una nueva ciudad Salzburgo, para abrazar unas amigas, para……despedirme antes de saludar.






En el 31 concierto en Viena palmeando el himno Radecki, luego quemado el plomo como lo hacen por las tierras de ahí, me toco el Unicornio con regalos en los brazos...



Ahora que la suerte nos acompaña todos y cada uno de nosotros.

5 comentarios:

Peggy dijo...

Un estupendo viaje , besos niña:)

Anónimo dijo...

Que maravilla bámbola, conozco ese país maravilloso y no quiero imaginar la maravilla del concierto...
El vino caliente lo probé por primera vez hace un mes, mi pareja es holandés y siempre quería que lo bebiera y la verdad me gustó muchísimo, qué rico...

Bambola dijo...

si, un estupendo y sorprendente para mi viaje, yo tambien conozco Austria y Alemania bastante bien, pero no en Silvestar :) y en navidad y es diferente. El vino es rico rico riquisimo, no me lo esperaba, yo la amante de buen Rioja :)
un fuerte abrazo para las dos y Buen Año :)

LOLA GRACIA dijo...

Qué fantástico viaje. Yo estuve en Salzburgo hace años y no ha cambiado nada!!! Un lugar de cuento para ir sin planes preconcebidos, desde luego.

Bambola dijo...

desde luego:)
FEliz año!